Podemos encontrar bebidas gaseosas de muchos tipos, desde las bebidas fermentadas (sidra o cerveza), los refrescos azucarados o los refrescos light. ¿Son todas aceptables en una dieta saludable? ¿Sólo algunas? ¿Ninguna? Lo cierto es que ninguna de ellas son recomendables. En el caso de la cerveza o la sidra, según el sistema NOVA se clasifican como alimentos procesados y además, al tratarse de bebidas con alcohol también se recomienda limitar su consumo. En el caso de los refrescos, sean endulzados con azúcar o edulcorantes acalóricos, se han planteado diversas cuestiones sobre su efecto en determinados aspectos de la salud:
Son light o están diseñadas para aumentar la ingesta de calorías. ¿Mejor
azucaradas o sin? ¿O es recomendable prescindir totalmente de las burbujas?
Los refrescos light se formulan sustituyendo el azúcar por edulcorantes sin calorías. Esto hace que las calorías totales aportadas por un refresco light se acerque a cero. Por otro lado, aunque los edulcorantes que se usan habitualmente en los refrescos light han tenido polémica, los estudios científicos no han arrojado evidencias de que puedan comprometer la salud. Por lo tanto, si tenemos que elegir un refresco, es mejor decantarse por el light.
Lo que sí es cierto, es que tanto los refrescos azucarados como los endulzados con edulcorantes contienen burbujas de gas carbónico (ácido carbónico) que, junto a otros ingredientes en los refrescos (ácido fosfórico, ácido cítrico, ácido málico, etc) hacen que la bebida sea ácida. La escala de pH marca la acidez o alcalinidad de una sustancia. Dicha escala va desde el 0 al 14 siendo las sustancias más ácidas las que más se aproximan al cero. El zumo de limón natural tiene un pH de 2.3 aproximadamente. Los refrescos presentan valores similares: los refrescos de cola presentan un pH de 2.4, los de naranja y la gaseosa un pH de 3. Consumir a diario estas bebidas supone un exceso de acidez, que puede afectarnos de distintas formas. Es por esto que, aunque prescindir totalmente de las burbujas está injustificado, sí es necesario moderar su consumo.
Pueden causar diabetes
El consumo habitual de refrescos azucarados puede conducir a un aumento del peso, de la grasa corporal y del metabolismo oxidativo. Todos ellos son factores etiológicos de la diabetes. Por lo tanto, el azúcar de rápida absorción que poseen hace de los refrescos azucarados una bebida a eliminar de nuestra ingesta.
Propician la celulitis
Los azúcares presentes en los refrescos, son absorbidos rápidamente en nuestro organismo. Esto ocasiona un aumento rápido de azúcar e insulina en sangre, que favorece la acumulación de grasa. Aunque la celulitis se origina también por otros factores, sí es cierto que se agrava cuando se deposita más grasa en la zona. Por lo tanto, podemos decir que consumir frecuentemente refrescos azucarados, entre otros, puede agravar la celulitis.
Debilitan los huesos
El bajo pH de los refrescos y su contenido en fósforo hacen que se pueda ver afectado el equilibrio óseo y el calcio presente en los huesos. Existen algunas evidencias sobre el efecto de los refrescos carbonatados en el hueso que apuntan a que el consumo de refrescos, especialmente de cola, pueden reducir la masa mineral en el hueso, debido a su efecto acidificante en el organismo y a su contenido en fósforo. Sin embargo, los estudios no son totalmente concluyentes. Por lo tanto, para ser precavidos y teniendo en cuenta otros efectos negativos de los refrescos en la salud, se recomienda reducir su consumo todo lo posible.
Causan gastritis
No existe evidencia de que los refrescos causen gastritis. Sin embargo, si padecemos dicho trastorno sí que debemos evitar el consumo de bebidas con gas en general, refrescos de cola en particular, y zumos cítricos.
Dañan el esmalte dental
Existen evidencias sobre el efecto negativo de los refrescos en la erosión del esmalte dental. Sin embargo, dicho efecto es equivalente al generado por el zumo de naranja.
Por lo tanto, el consumo de refrescos siempre y cuando sea moderado-ocasional no tiene mayores implicaciones para la salud dental en comparación con otras bebidas ácidas.
Causan flatulencia y gases
En algunas personas pueden ocasionar flatulencia y sensación de hinchazón por las burbujas de gas que contiene principalmente.
No todas son iguales. Por ejemplo, el agua con gas
Ciertamente el agua con gas puede resultar menos lesiva que los refrescos azucarados pues prescinde de dicho azúcar y algunos ácidos. En cualquier caso, la bebida de elección siempre debe ser el agua (sin gas).
¿Cómo las podemos sustituir, qué opciones son saludables?
La bebida ideal siempre es el agua. Además, podemos optar por infusiones (heladas si queremos), batidos caseros de fruta que se pueden combinar con yogur (natural), leche, frutos secos, etc.
Consejo final
Las bebidas gaseosas son consideradas un alimento ultra-procesado. El consumo de alimentos ultra-procesados se ha asociado a un incremento en el riesgo de desarrollo de enfermedades vasculares y se recomienda reducir su consumo todo lo posible.