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¿Te vienes de tapas? Un recorrido por los trucos de salud para disfrutar de tapas
Por ncAuthor
em 27 May 2019 10:28 AM
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Por Marta Gámez, experta en nutrición y directora técnica del Grupo NC Salud

¿Es compatible hacer dieta y salir de tapas?

En verano es cuando más deseamos perder peso, y a la vez es la época en la que salimos más a comer fuera, con la típica caña y tapa. Estamos de vacaciones y nos apetece un caprichito para nuestro paladar…

Lo cierto es que la comida y las relaciones sociales van de la mano. Cuando comemos en compañía obtenemos doble beneficio:

  • por un lado el aporte nutritivo de los alimentos
  • por otro lado el beneficio psicológico y social al estrechar lazos con las personas que nos rodean.

El estilo de vida mediterráneo promueve la comida en compañía, la conversación durante la comida y la sobremesa. El verano es perfecto para eso. Aprovechémoslo para favorecer no solo nuestro estado de salud física sino también la salud psicológica y social. Y es que estos dos aspectos son fundamentales, de hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado completo de bienestar físico, psicológico y social.

A la vista de este planteamiento, cuidar nuestra silueta en verano debe ser totalmente compatible con nuestra vida social: ¿cómo? Sigue estos consejos y evitarás coger peso!. 

 

La bebida influye

Siendo los refrescos azucarados la peor opción, debemos escoger entre agua, refresco sin azúcar o una cerveza sin alcohol o una copa de vino (con moderación, no más de 2 copas).

 

Aperitivos

Las patatas fritas tipo chips aportan grandes cantidades de calorías por el exceso de aceite de la fritura, sin aportar apenas elementos nutritivos. No se recomienda por tanto su consumo.

En contraposición están los frutos secos que, si bien son igualmente muy calóricos también aportan grandes beneficios nutritivos. De hecho los frutos secos son una de las joyas de la dieta mediterránea: grasas cardiosaludables, fibra, minerales, proteínas vegetales, antioxidantes, etc. por todo esto, los frutos secos son un buen aperitivo a consumir con moderación (2 nueces (4 mitades), 6 almendras o 6 cacahuetes). Lo que sí debemos evitar son los frutos secos salados y fritos para dar preferencia a las versiones crudas u horneadas sin sal.

Los encurtidos: pepinillos, cebollitas, etc. son excelentes opciones dado su bajo aporte en calorías, con la excepción de las aceitunas, que son el encurtido más calórico. Los altramuces son muy ricos en proteínas y bajos en grasa, resultando ser muy nutritivos y aptos para cuidar la silueta también, ¡ojo si los sirven con sal!

 

El Pan

¿Acabas con la cesta de pan mientras esperas a que traigan la comida?

Sí, ¡son una perdición para muchas de nosotras! Se firme y apártate de la cesta un par de rodajas de pan, las que vas a consumir durante la comida.

 

Elegir el tipo de tapa

El verano se presta a tapas más light, ¡aprovéchalas! Salpicón de marisco, ensaladas, picadillos, mariscos y pescados asados, etc.

Evita las salsas tipo mahonesa y alioli, y las tapas que sean principalmente elaboraciones fritas.

 

Platos al centro

Si picamos directamente del plato a compartir comeremos sin ser conscientes de la cantidad. Apártate un poco en tu plato para controlar mejor.

 

Helados

Siempre suponen unas calorías extra en forma de azúcares y grasas. Por eso, tenemos que moderar el consumo tomando la menor cantidad posible y buscar alternativas más saludables como los helados sin azúcar o desnatados. Los granizados, horchatas y leche merengada aportan bastante azúcar y tampoco son opciones a recomendar.

 

¿Café, infusión y cócteles?

Tomados con edulcorante cualquiera es una buena opción.

Los combinados de alcohol son un claro ejemplo de calorías vacías: las calorías del refresco y del alcohol no aportan prácticamente ningún elemento de aprovechamiento nutritivo. Moderar el consumo de alcohol es esencial, e incluso sustituirlo por bebidas sin alcohol o smoothies, ideales para refrescar las tardes de verano con fruta y hielo.

 

En definitiva, nuestra vida social debe ser compatible con una alimentación saludable. Para eso es esencial conocer qué alimentos nos interesan más o menos y porqué. Debemos concienciarnos de que ser moderados en la ingesta de grasas, azúcares y alcohol no es un ningún castigo, sino la elección más inteligente que podemos hacer por nosotros mismos a corto y a largo plazo.