Caminante no hay camino, se hace camino al andar. En el ámbito de la salud, caminar se convierte en uno de los mejores ejercicios que se pueden realizar a diario en busca de un estado físico y mental más saludable.
Y es que son muchos los beneficios que reporta caminar:
– Fortalece el corazón y previene enfermedades cardiovasculares.
– Reduce el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
– Ayuda a equilibrar el peso.
– Previene la osteoporosis.
– Ayuda a tonificar piernas, glúteos y abdomen.
– Previene la demencia.
– Aumenta los niveles de energía.
– Combate la depresión.
– Evita la obesidad y la aparición de celulitis.
– Mejora la actividad sexual.
Ventajas múltiples para el bienestar de las personas y todo a cambio de una actividad física accesible. Algo tan simple como una caminata rápida todos los días puede ayudar a vivir una vida más sana y amena. Pero sus beneficios se concentran cuando hay una dedicación exclusiva a caminar y se aumenta poco a poco el ritmo. No es suficiente deambular por ahí como de costumbre ya que los efectos de la caminata se reducen; por eso si se aspira a aprovechar sus beneficios, lo mejor es dedicarle al menos 30 minutos diarios, sin distracciones y consiguiendo cada vez un mejor ritmo.
A la hora de iniciar una caminata es recomendable tener en cuenta varios aspectos previos a su puesta en marcha así como en su transcurso. Si se tiene por delante un largo paseo tras un estado previo de reposo, antes de comenzar, se deben pasar un par de minutos haciendo unos sencillos ejercicios de estiramiento. Ayudan a prevenir la rigidez corporal, a tonificar los músculos y a eliminar grasa. Y de cara a la caminata, son importantes los siguientes aspectos:
– Tomar un buen desayuno antes de salir de casa.
– Utilizar un calzado cómodo.
– Vestir prendas holgadas y ligeras.
– Llevar una botella de agua para prevenir la deshidratación y no esperar a estar sediento para tomar un sorbo.
Artículo elaborado por el Dr. Carlos Fernández, Director Médico de Grupo NC Salud