Reducir el sobrepeso es mucho más que una cuestión estética. A pesar de que tener unos ‘kilos de más’ no tiene por qué suponer problemas, llegar a niveles que rozan la obesidad puede resultar peligroso. Y es que son muchas las personas que se ponen a dieta para eliminar la grasa abdominal porque resulta antiestética o incómoda pero no todos se percatan de que lo realmente importante es cuidar la salud.
De hecho, la obesidad acarrea ciertas dolencias que van desde la sensación de fatiga al realizar cualquier esfuerzo, hasta las enfermedades cardiovasculares. Además, existe un conocimiento creciente a cerca de las implicaciones de la localización corporal de la grasa. Es decir, padecer sobrepeso puede convertirse en una amenaza para la salud, pero lo es más si la grasa se encuentra en una determinada parte del cuerpo: el abdomen.
Hasta hace algunos años la grasa siempre ha sido considerado un tejido de escasa actividad y su función principal era la de servir de simple despensa energética a la que recurrir en casos de necesidad (ayunos, esfuerzos físicos, etc.). Sin embargo, cada vez hay más literatura científica que apoya la relación causal entre obesidad visceral y síndrome metabólico.
De hecho el tejido adiposo ha sido reconocido como un órgano endocrino que produce sustancias relacionadas con el control de la ingesta y el gasto calórico, la resistencia a la insulina y la inflamación (leptina, adiponectina, IL-6, etc.). La grasa localizada en el abdomen, la grasa visceral, produce estas sustancias, que drenan directamente al sistema portal y afectan a la función hepática y a la resistencia a la insulina.
Grasa visceral y enfermedades cardiovasculares
Además, la grasa visceral, a diferencia de la grasa subcutánea, posee una sensibilidad elevada a la lipólisis (es más difícil de eliminar que la grasa subcutánea) y el perfil de sustancias que produce es distinto. Todos estos factores convierten a la grasa visceral en un “depósito tóxico” que favorece la aparición de colesterol, hipertensión, diabetes, inflamación y, finalmente, enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, la incidencia de estas patologías es cada vez mayor y las enfermedades cardiovasculares se han convertido en una de las principales causas de muerte en el mundo occidental. Según la Organización Mundial de la Salud, el número de defunciones por esta causa seguirá aumentando en los próximos años.
Soluciones para controlar el sobrepeso
La buena noticia es que existen soluciones para controlar el sobrepeso y las alteraciones metabólicas asociadas a este. Dichas soluciones pasan, indefectiblemente, por hacer modificaciones en la dieta y el estilo de vida. La forma más efectiva de llevarlo a cabo es con el apoyo de un nutricionista que además, puede realizar mediciones de grasa visceral para determinar la situación particular de cada persona. Dichas mediciones constituyen una fuerte motivación que favorece la interiorización de las pautas dietéticas recomendadas por el profesional.
Además, en muchos casos resulta de gran utilidad el uso de complementos alimenticios que ayudan a reducir la grasa corporal. Cada vez se publican más estudios que corroboran la actividad de ciertos ingredientes activos presentes en los alimentos, como es el caso de algunas variedades de naranjas sanguinas, que están demostrando su capacidad antiobesidad y contra la diabetes.
Morosil®, es un extracto patentado de naranjas sanguinas de la variedad Moro, que actúa reduciendo la grasa corporal, incluida la grasa abdominal, y posiblemente previniendo la resistencia a la insulina y la diabetes. Una de sus grandes ventajas es la ausencia de efectos secundarios y de precauciones de uso. +Quemagrasas Abdominal es un complemento alimenticio de venta en farmacias a base de Morosil. Al no contener excitantes lo pueden tomar personas con irritabilidad, insomnio, hipertensión, etc.
El sumatorio dieta saludable, actividad física y complementos alimenticios son un cóctel que garantiza el éxito en la reducción de la grasa corporal, siempre que venga de la mano de un nutricionista especializado. Así, aprenderemos a comer y no sólo nos sentiremos más a gusto con nosotros mismos, sino que nuestra salud nos lo agradecerá de por vida.
Marta Gámez, Directora Técnica de Grupo NC Salud