Los cambios bruscos de temperatura, las bebidas demasiado frías y las estaciones más gélidas, entre otros, debilitan al sistema de defensas de nuestro organismo (inmunológico) y como resultado en esta época del año es el incremento de personas con la garganta irritada.

Es el momento, por tanto, de empezar a estimular las defensas a través de la alimentación.

Uno de los recursos más conocidos y eficaces consiste en incrementar el consumo de vitamina C, que se encuentra de forma abundante en frutas y verduras como limón, lima, naranja, mandarina, toronja, guayaba, fresa, kiwi, pimiento verde, brócoli y col.

Otros nutrientes que pueden contribuir a prevenir infecciones de garganta, dado que actúan en favor del sistema inmunológico, son el selenio y el zinc, minerales presentes en huevo, cereales, legumbres, queso, frutos secos, vísceras, carnes blancas, pescados y mariscos.

Si la irritación de garganta ya es una realidad, es recomendable seguir estos consejos:

Tomar varias veces al día un vaso de agua templada con jugo de limón (rico en vitamina C) y una cucharadita de miel (elimina molestias y tos), o bien, un vaso de leche caliente con miel. Aunque al ingerir estas bebidas puede provocar cierto escozor, en poco tiempo el malestar de garganta disminuye.

Hacer gárgaras varias veces al día con agua tibia con sal (mezclando media cucharadita de sal en una taza de agua).

Ingerir cebolla o ajo. La cebolla tiene una actividad antiinflamatoria, antiasmática, antifúngica y antibacteriana; y el ajo, un efecto antiséptico, antiinflamatorio, bactericida y antiviral, entre otros.

 

Fuente: Salud y Medicinas